Lo conseguirás si sigues los siguientes consejos: échalo primero en un colador y pasa el arroz por abundante agua fría para eliminar los restos de almidón. Luego, echa el arroz a la olla cuando el agua ya esté hirviendo; no lo remuevas más de lo indispensable y por último añade un chorrito de aceite para que quede más suelto.